Amigos de Un Ambiente! En esta ocasión queremos tocar un tema del cual no se acostumbra a hablar mucho, pero no por eso es menos importante que otros: la Contaminación Auditiva, o acustica, como le llaman en algunos círculos académicos.
La contaminación acústica es considerada por la mayoría de la población de las grandes ciudades, Buenos Aires incluída, como un factor medioambiental muy importante, que incide de forma principal en la calidad de vida de la gente. Todos los que circulamos a diario por la ciudad sabemos lo que significa el ruido constante y cómo puede llegar a generarnos fatiga, mal humor y hasta migrañas.
“El ruido que escuchamos en la calle, en las obras en construccíon, la industria moderna y el avance vertiginoso de la ciencia han dado lugar al surgimiento de nuevas patologías, de las cuales al aparato auditivo no queda excluido”, explica Mariana Lacalle, investigadora de la UBA.
Hace no tantos años, la contaminación auditiva fue patrimonio exclusiva de los trabajadores que trabajaban en las fábricas, pero hoy está "al alcance" de todas las personas. Incluso la juventud está inmersa en un mar de ruidos de todo tipo. Éste aparece no sólo en la vida diaria de estudio, trabajo y de rutina, sino que ahora se incorporó a las diversiones y los tiempos de distracción como en las discotecas y los auriculares portátiles para escuchar música.
Según la consultora Corzo G 5, 20 millones de personas en Estados Unidos de Norteamérica están expuestos diariamente a ruidos, que está dañando permanentemente sus oídos. En otro países como
Colombia, también se están realizando estudios para intentar disminuir la contaminación auditiva.
¿Todo esto te parece exagerado? Mirá entonces todas las enfermedades que se encuentran relacionadas a la contaminación sonora:
Problemas hormonales
Falta de concentración t/o insomnio
Problemas de aprendizaje
Aumento constante del stress
Síndrome de depresión
Problemas de afonía y disfonía
Problemas cardiovasculares
Fatiga auditiva
Hipoacusia y/o sordera
"Es necesario educar y hacer conciencia del problema, ejecutar medidas inmediatas para atenuar los altos índices de emisiones acústicas contaminantes y así, contribuir a la prevención de futuros trastornos auditivos y mejorar en éste sentido nuestra calidad de vida", sentencia la investigadora.
Lucas Tomás Sosa